INFORME FINAL DE COORDINACIÓN DE CONVIVENCIA
Por:
DORIS YANETH FLORIÁN FLORIÁN
COORDINADORA
DE CONVIVENCIA
Una de las funciones primordiales de la Institución Educativa, en el
mundo de hoy, es la de enseñar a vivir juntos en armonía y a convivir con base
en el respeto a las diferencias y los derechos de los demás.
La situación de violencia que vive el país acentúa la tendencia a
otorgarle responsabilidades cada vez mayores a la Institución Educativa, en la
formación de sujetos capaces de interactuar armónicamente en la solución de los
conflictos y convivir civilizadamente. Sin embargo, el colegio no constituye el
único espacio en el que se debe educar para la paz, la convivencia y la democracia,
y no se debe sobredimensionar su papel en la formación del joven, ni tomarla
como la panacea para la construcción de una sociedad equitativa y justa.
La formación en principios y valores, pilares de una sana convivencia,
es una responsabilidad compartida y los Padres de Familia, así como la sociedad
en general, tienen también el enorme compromiso de aportar a esta noble y
difícil tarea; mientras no se adelante un trabajo armónico en el que, tanto
Familia como Institución Educativa, hablemos el mismo idioma, en términos de
Convivencia Escolar, cualquier acción que emprendamos como Docentes no será
suficiente si lo que deseamos es una sociedad que aprenda a solucionar sus
conflictos de manera pacífica, una sociedad que conviva en paz.
Sin embargo, la IE, frente a los problemas de violencia escolar que se
visten de diferentes matices: acoso escolar, agresiones verbales y físicas y
hurtos que desencadenan, a su vez, otras dificultades como el bajo rendimiento
académico, la deserción escolar, posibles casos de drogadicción, entre otros,
ha adelantado algunas acciones de conformidad con lo establecido en el Manual
de Convivencia Escolar y la Ley 1620 del 15 de marzo de 2013, denominada Ley de
Convivencia Escolar, y su Decreto Reglamentario el 1695, encaminadas a mitigar
dicha problemática, y aunque los resultados no han sido los ideales, se ha
podido evidenciar que las agresiones físicas así como las riñas recíprocas que
solían darse entre estudiantes, dentro y fuera del colegio, han disminuido
notoriamente.
Es de anotar que el mayor porcentaje de
afectación de la convivencia escolar, se encuentra en los grados Sexto, en
razón, quizás a que los estudiantes cambian de nivel educativo, es decir pasan
de la básica primaria a la básica secundaria, y se encuentran con un sistema,
por decirlo de alguna manera, diferente, empezando por el cambio de Docentes,
el horario, la jornada, etc., es por ello que la mayor parte de estudiantes a
quienes se les adelantó procesos correctivos, paralelamente a las remisiones
con Psicoorientación y Comisaría de Familia, son de estos grados.
Encontramos también un alto índice de hurtos en todos los grados, situación
que preocupa sobremanera, máxime cuando ésta se da bajo la complicidad
silenciosa de compañeros y, en algunos
casos, de los mismos Padres de Familia, creando una cultura de abuso repetitivo
enmarcado por la mal llamada ley del silencio, la misma que nos impide adelantar algún tipo
de acción que contrarreste este flagelo, pues al no tener responsables, nuestra
labor se limita a surtir un diálogo formativo a nivel de los diferentes grupos
en los que se presenta el caso, pero en términos de correctivos no podemos
actuar por cuanto no hay un directo responsable.
Quiero aprovechar este momento para hacer un llamado a toda la comunidad aquí
reunida, para que nos unamos en una sola lucha contra este tipo de actos
reprochables, bajo todo punto de vista, y con los cuales tenemos que ser cero
tolerantes y totalmente inflexibles; esta lucha a la que los invito hoy es a DENUNCIAR, no olvidemos que el silencio
nos convierte en cómplices, y si queremos frenar esa carrera delictiva que
muchos han emprendido a la sombra del silencio y la complicidad, tenemos que DELATAR sin temor.
Un estudiante que se atreve a robar un celular, una calculadora o una
cartuchera, amparado en esta ley del silencio, es un estudiante que camina
presuroso hacia el vandalismo, hacia la delincuencia, y no podemos permitir que
esto siga pasando, la responsabilidad es de todos; así que, si queremos una
sociedad muceña a la altura de los más nobles ideales, nos toca ponernos la
camiseta y adelantar un trabajo mancomunado que tendrá su comienzo en los
hogares, donde recae la enorme responsabilidad de iniciar una educación firme en valores y principios, cuya continuidad en
las aulas será nuestra responsabilidad, pero paralelamente a esta formación,
necesitamos papitos y mamitas que amen a sus hijos, que los amen mucho, pero
que les EXIJAN, que les inculquen la
importancia de la existencia y el cumplimiento de las normas, tan necesarias si
queremos una sociedad sana.
De la misma manera, encuentro muy oportuna esta ocasión para instar a
los Padres de familia, presentes en este recinto, a estar más pendientes de lo
que hacen sus hijos en el tiempo libre, a controlar el manejo de las redes
sociales que, si bien es cierto, constituyen una herramienta de apoyo, su mal
uso pone en riesgo la integridad de los niños y adolescentes, quienes no se dan
cuenta que están exponiendo su intimidad y seguridad.
Es muy triste encontrar algunas páginas en el Facebook dedicadas a
denigrar y a hacer comentarios acerca de niñas y jóvenes de nuestro municipio y
del colegio, de la forma más vulgar y despreciable, pero más triste resulta,
aún, encontrar que algunos estudiantes de esta IE, hacen parte de esas páginas,
ya sea como amigos o participando en tales comentarios; llama poderosamente la
atención, también, hallar cuentas de
Facebook de algunas jóvenes que se dedican a publicar mensajes pornográficos que
dejan mucho que pensar y que nos cuestionan profundamente sobre la crisis de
valores que enfrenta nuestra sociedad y que se manifiesta en variedad de
desafueros.
Así que hoy, con mucho respeto y cariño, los invito, queridos papitos y
mamitas, a estar pendientes de sus hijos en estos aspectos, tenemos que, como
padres, poner el punto de equilibrio, sensatez y responsabilidad en el uso que
nuestros hijos hacen de estas herramientas.
No pudo dejar de tocar, además, un tema tan importante y que nos
preocupa sobremanera, es el que tiene que ver con posibles casos de expendio y consumo de sustancias
psicoactivas dentro de la Institución, y digo posibles, porque nadie se atreve
a hacer una denuncia formal, quizás por miedo a represalias, y si lo hacen no
aportan las pruebas, situación que nos deja sin asidero para emprender
cualquier acción ya sea de tipo correctivo o de ayuda a los implicados.
Para nadie es un secreto que muchos jóvenes de nuestro municipio están
siendo azotados por el flagelo de las drogas, ante la mirada indiferente de
todos a quienes, de una u otra forma, nos asiste la enorme responsabilidad de
formar integralmente a las futuras generaciones, esta indiferencia puede darse
por desconocimiento, por miedo o porque sencillamente nos acogemos a un adagio
que reza “Mientras el dolor no toque nuestras puertas, suele ser ajeno”.
Es de aclarar que la tarea de contrarrestar este flagelo no es exclusiva
de la Institución, estamos en el deber de aportar a la solución de dicho
problema, en la medida en que se nos brinde el respaldo de la sociedad, de las
familias, de los mismos estudiantes, pero fundamentalmente de las autoridades;
sin embargo, frente a esta situación
hemos actuado hasta donde la norma nos
lo permite, se dialoga con los estudiantes que presuntamente están involucrados
en este problema, se cita a los Padres
de Familia, se remiten los casos a Psicoorientación, en algunas oportunidades a
Comisaría de Familia; hemos denunciado, también, la situación ante las
autoridades del municipio; de la misma manera, en el Comité de Convivencia
Escolar, así como en el seno del Concejo Municipal, se ha debatido en torno a
este tema, pero infortunadamente la problemática persiste, y persiste por la
misma razón que continúan los hurtos: la ley del silencio.
De manera pues, queridos Padres de Familia, que las acciones que hay que
adelantar para contrarrestar este tipo de flagelos que azotan a nuestros niños
y jóvenes tienen que ser variadas y mancomunadas. Como Padres de Familia pueden
contribuir con las siguientes:
1.
Ganar la confianza de sus
hijos y dialogar mucho con ellos.
2.
Estar pendientes de qué
hacen en sus ratos libres y qué clase de amigos tienen.
3.
Ejercer control sobre el uso
del celular y las rede sociales.
4.
Asignarles
responsabilidades dentro del hogar.
5.
Exigir el cumplimiento de
las normas.
6.
Inculcar valores y
principios, siendo el ejemplo la mejor forma de educarlos en este sentido.
7.
No justificar sus acciones
ni pretender desautorizar a los Docentes cuando, por la comisión de sus faltas,
se hacen llamados de atención o se aplica algún correctivo.
8.
Denunciar sin temor cuando
se tenga conocimiento de este tipo de hechos.
Como IE continuaremos solicitando los operativos pedagógicos, informando
a la autoridad competente sobre los presuntos casos de distribución y consumo
y, de llegar a confirmar un responsable, haremos, sin dilación, la respectiva
denuncia.
Para finalizar, quiero puntualizar las acciones que la IE ha adelantado
frente a los diferentes problemas de Violencia Escolar:
-
Fortalecimiento
de la formación en principios y valores, desde las direcciones de grado
-
Reuniones de
Padres de Familia y Estudiantes, al interior de los grados que presentan un
alto índice de problemas de violencia escolar
-
Diálogos
formativos grupales e individuales
-
Elaboración y
exposición de carteleras sobre valores como respeto, tolerancia,
responsabilidad, entre otros, pilares de la sana convivencia
-
Ajustes
permanentes al Manual de Convivencia Escolar, en concordancia con la
normatividad vigente y se adelantó la respectiva socialización con Consejo de
Padres y Consejo estudiantil
-
Conformación
y activación del Comité de Convivencia Escolar, el que fue necesario reunir en
seis oportunidades para atender casos que ameritaban estudio en el seno de éste
-
Se remitieron
a Comisaría de Familia los casos que, en atención a la Ruta Integral,
ameritaban ser atendidos desde esta dependencia.
-
Se aplicaron
los correctivos establecidos en el Manual de Convivencia Escolar, a aquellos
estudiantes que se hicieron acreedores a los mismos, producto de la reiterada
comisión de sus faltas.
-
Se agotaron
espacios de diálogo conciliatorio entre estudiantes y familias involucradas en
problemas de violencia escolar, a fin de dar solución acertada a los
inconvenientes presentados y evitar que trasciendan a otros escenarios.
-
Se abrieron
espacios para charlas formativas a estudiantes, con el apoyo de entidades
gubernamentales del orden local, regional y departamental, sobre temas
importantes como consumo de SPA, Nuevo Código de Policía, Convivencia Escolar,
Bullying, entre otros.
Nos falta mucho por hacer y lo tenemos que hacer de manera conjunta y para
ello es necesario fortalecer el vínculo de los Padres de Familia con los
Docentes y Directivos Docentes, a fin de dar sentido y significado al concepto
de Comunidad Educativa y de esta forma logra la unión de esfuerzos y hacer más
pertinente el proceso educativo. Tenemos que buscar cómo robustecer y afianzar
la relación entre la familia y la IE, mediante acciones y estrategias que les
permita reflexionar, resignificar y transformar sus pautas y prácticas de
cuidado y crianza, específicamente en su rol como formadores primarios y
acompañantes de los procesos de aprendizaje de sus hijos e hijas.