UNA VICTORIA EN
MEDIO DE LA TORMENTA
Por: Doris Yaneth
Florián Florián
Desde el inicio de la humanidad la mujer ha venido siendo
víctima de discriminación, subestimación y sometimiento, producto de posturas
morales y sociales machistas que la han considerado un ser inferior y
dependiente del hombre, hasta el punto de ser desconocida en su condición de
ser pensante, relegándola únicamente a la realización de labores domésticas y a
la crianza de los hijos.
Si hacemos una mirada retrospectiva, encontramos cómo
desde los comienzos de la historia, la mujer ha sido indefectiblemente un
objeto subordinado a la voluntad del hombre; muchos son los argumentos que se
han esgrimido para sustentar la supremacía de la condición masculina, y aunque
carentes de razón y verdad, por supuesto, han logrado fijarse en el pensamiento
colectivo desencadenando lo que hoy se conoce como violencia de género.
Testimonios claros de la discriminación, marginación y
limitación de la libertad y autonomía de la mujer son hallados, incluso en
libros Sagrados como la Biblia, también en frases expresadas por grandes
intelectuales, frases que aunque resulten un poco chocantes resumen la historia
de la misoginia y que al conocerlas se puede comprender por qué están tan
arraigadas en el imaginario de la gente.
La Biblia, por ejemplo, en el libro del Eclesiástico,
capítulo 25 versos 19, 24 y 25 expresa: “Toda maldad es poca comparada con la malicia
de la mujer, caiga sobre ella la suerte de los pecadores” “Por la mujer fue el comienzo del pecado, y
por causa de ella morimos todos” “No des salida al agua, ni a mujer mala
libertad de hablar”. Estos por citar sólo unos casos.
Pero no sólo a la Biblia se restringe este ideario
machista, Confucio, filósofo chino, afirmó: “El marido tiene derecho a matar
a su mujer, y cuando una mujer quede viuda debe suicidarse como prueba de
castidad”. Friedrich Nietzsche, escritor y filósofo prusiano, cuya
ideología fue una de las más influyentes en el siglo XIX, manifestó: “Si
vas a salir con mujeres no olvides el látigo”. Pitágoras, filósofo y
matemático griego, afirmó: “Existe un principio bueno que creó el orden,
la luz y el hombre, y un principio malo que creó el caos, la oscuridad y la
mujer”. Erasmo de Rotterdam, filósofo y teólogo holandés, expresó: “La mujer
es, reconozcámoslo, un animal inepto y estúpido aunque agradable y gracioso”.
Aristóteles, filósofo griego, padre de varias ciencias y autoridad intelectual
respetada durante miles de años, justificó científicamente la inferioridad femenina
asegurando que “la mujer era un ser defectuoso, producto de una equivocación de la
naturaleza, ya que el cuerpo perfecto era el masculino”.
Como estos grandes “intelectuales” existen muchos
misóginos que se han encargado de difundir, promover y ejecutar la violencia
contra la mujer.
Afortunadamente hoy esta triste realidad ha cambiado un
poco y debemos admitirlo; la mujer, gracias a grandes y largas luchas, ha
logrado acceder a espacios y niveles antes imposibles de imaginar siquiera; sin
embargo, tantos años de represión y prohibiciones han dejado huella, y aunque
se han logrado avances significativos, aún persiste la discriminación y el
maltrato que se visten día a día de diferentes matices.
Es muy común escuchar hablar en los noticieros de “crímenes
pasionales” y leer en los titulares de la prensa, especialmente
aquellas de corte amarillista, titulares como “la asesinó por cachona”
cuando se refieren a los feminicidios que a diario se cometen, pero nunca se les define como lo que es: violencia de género.
De la misma manera son muchos los chistes machistas que
reproducen los prejuicios y mandatos culturales en torno a la mujer, y que sin
ninguna restricción son publicados en los medios como la T. V. (Sábados
Felices) e internet, reforzando con ello los esquemas culturales machistas que
subestiman, relegan y discriminan a la mujer, por considerarla carente de
inteligencia, inferior al hombre y, por consiguiente, incapaz de lograr el
posicionamiento y niveles que el hombre ha alcanzado.
Sin embargo, este oscuro panorama se ha venido
vislumbrando con hechos claros y contundentes, en la actualidad la mujer, luego
de pelearse con siglos de tradición, ha logrado incursionar en el ámbito social
de una forma tan acertada y trascendental que ha dejado sin piso todo
argumento. Mujeres muy profesionales, competentes, aguerridas, comprometidas y
responsables ocupan hoy altos cargos y desempeñan MUY BIEN funciones en otrora
reservadas para los hombres; y no sólo se dedican a sus labores profesionales,
sino que además se ocupan de las tareas de siempre (madre, esposa, ama de casa).
Es admirable, realmente, todo cuanto hacen las mujeres,
por ello el homenaje no debiera restringirse sólo a un día, sino que
diariamente se debiera hacer reconocimiento a ese ser, símbolo de amor, ternura
y abnegada entrega; a ese ser que es madre, hija, esposa, hermana y amiga.