martes, 30 de mayo de 2017

UNA VICTORIA EN MEDIO DE LA TORMENTA
Por: Doris Yaneth Florián Florián

Desde el inicio de la humanidad la mujer ha venido siendo víctima de discriminación, subestimación y sometimiento, producto de posturas morales y sociales machistas que la han considerado un ser inferior y dependiente del hombre, hasta el punto de ser desconocida en su condición de ser pensante, relegándola únicamente a la realización de labores domésticas y a la crianza de los hijos.
Si hacemos una mirada retrospectiva, encontramos cómo desde los comienzos de la historia, la mujer ha sido indefectiblemente un objeto subordinado a la voluntad del hombre; muchos son los argumentos que se han esgrimido para sustentar la supremacía de la condición masculina, y aunque carentes de razón y verdad, por supuesto, han logrado fijarse en el pensamiento colectivo desencadenando lo que hoy se conoce como violencia de género.
Testimonios claros de la discriminación, marginación y limitación de la libertad y autonomía de la mujer son hallados, incluso en libros Sagrados como la Biblia, también en frases expresadas por grandes intelectuales, frases que aunque resulten un poco chocantes resumen la historia de la misoginia y que al conocerlas se puede comprender por qué están tan arraigadas en el imaginario de la gente.
La Biblia, por ejemplo, en el libro del Eclesiástico, capítulo 25 versos 19, 24 y 25 expresa: Toda maldad es poca comparada con la malicia de la mujer, caiga sobre ella la suerte de los pecadores” “Por la mujer fue el comienzo del pecado, y por causa de ella morimos todos” “No des salida al agua, ni a mujer mala libertad de hablar”. Estos por citar sólo unos casos.
Pero no sólo a la Biblia se restringe este ideario machista, Confucio, filósofo chino, afirmó: El marido tiene derecho a matar a su mujer, y cuando una mujer quede viuda debe suicidarse como prueba de castidad. Friedrich Nietzsche, escritor y filósofo prusiano, cuya ideología fue una de las más influyentes en el siglo XIX, manifestó: Si vas a salir con mujeres no olvides el látigo. Pitágoras, filósofo y matemático griego, afirmó: Existe un principio bueno que creó el orden, la luz y el hombre, y un principio malo que creó el caos, la oscuridad y la mujer. Erasmo de Rotterdam, filósofo y teólogo holandés, expresó: La mujer es, reconozcámoslo, un animal inepto y estúpido aunque agradable y gracioso. Aristóteles, filósofo griego, padre de varias ciencias y autoridad intelectual respetada durante miles de años, justificó científicamente la inferioridad femenina asegurando que la mujer era un ser defectuoso, producto de una equivocación de la naturaleza, ya que el cuerpo perfecto era el masculino”.
Como estos grandes “intelectuales” existen muchos misóginos que se han encargado de difundir, promover y ejecutar la violencia contra la mujer.
Afortunadamente hoy esta triste realidad ha cambiado un poco y debemos admitirlo; la mujer, gracias a grandes y largas luchas, ha logrado acceder a espacios y niveles antes imposibles de imaginar siquiera; sin embargo, tantos años de represión y prohibiciones han dejado huella, y aunque se han logrado avances significativos, aún persiste la discriminación y el maltrato que se visten día a día de diferentes matices.
Es muy común escuchar hablar en los noticieros de “crímenes pasionales” y leer en los titulares de la prensa, especialmente aquellas de corte amarillista, titulares como “la asesinó por cachona” cuando se refieren a los feminicidios que a diario se cometen, pero nunca se les define como lo que es: violencia de género.
De la misma manera son muchos los chistes machistas que reproducen los prejuicios y mandatos culturales en torno a la mujer, y que sin ninguna restricción son publicados en los medios como la T. V. (Sábados Felices) e internet, reforzando con ello los esquemas culturales machistas que subestiman, relegan y discriminan a la mujer, por considerarla carente de inteligencia, inferior al hombre y, por consiguiente, incapaz de lograr el posicionamiento y niveles que el hombre ha alcanzado.
Sin embargo, este oscuro panorama se ha venido vislumbrando con hechos claros y contundentes, en la actualidad la mujer, luego de pelearse con siglos de tradición, ha logrado incursionar en el ámbito social de una forma tan acertada y trascendental que ha dejado sin piso todo argumento. Mujeres muy profesionales, competentes, aguerridas, comprometidas y responsables ocupan hoy altos cargos y desempeñan MUY BIEN funciones en otrora reservadas para los hombres; y no sólo se dedican a sus labores profesionales, sino que además se ocupan de las tareas de siempre (madre, esposa, ama de casa).

Es admirable, realmente, todo cuanto hacen las mujeres, por ello el homenaje no debiera restringirse sólo a un día, sino que diariamente se debiera hacer reconocimiento a ese ser, símbolo de amor, ternura y abnegada entrega; a ese ser que es madre, hija, esposa, hermana y amiga.