jueves, 5 de abril de 2018

LA EDUCACIÓN: UNA TAREA QUE DEBE INICIARSE EN CASA


LA EDUCACIÓN: UNA TAREA QUE DEBE INICIARSE EN CASA
Por: Doris Yaneth Florián Florián
Coordinadora Convivencia
IE San Marcos – Muzo

Se ha escuchado a lo largo del tiempo un adagio popular que reza "La educación empieza por casa" y aunque tal dicho encierra una gran e interesante verdad, ha perdido fuerza e importancia con el correr de los años; lamentablemente y por razones muy diversas, el papel fundamental que los Padres de Familia deben cumplir frente al proceso de formación de sus hijos, desde el punto de vista de los valores y principios  se está delegando a terceros, con altos costos sociales, morales, afectivos, emocionales, entre otros.

Los espejos con los que muchos niños crecen en el interior de sus familias, en vez de favorecer los procesos formativos, están generando comportamientos completamente deplorables y dañinos para la vida en comunidad. Prostitución, drogadicción, alcoholismo, y violencia son el pan de cada día de muchas familias, afortunadamente, no todas.

Las ocupaciones y afugias propias de la vida son el argumento principal que muchos padres y madres de familia esgrimen para justificar su falta de compromiso con tan loable y fundamental tarea, y ante esta incapacidad de formar personas íntegras por estar muy ocupados en otros asuntos, se culpa de los males de los hijos a esos mismos terceros: Estado, colegio, amigos, videojuegos, internet, o incluso a otros miembros de la familia, a quienes directa o indirectamente se les ha delegado tal función.

Valores como el amor, el respeto, la sinceridad, la honestidad, el orden, la disciplina, la responsabilidad, la tolerancia, junto con los valores cristianos, tan esquivos en muchos hogares, deben ser inculcados desde el seno del hogar, y constituyen la base fundamental para garantizar el éxito del proceso formativo. La familia es la primera escuela de la vida, y es en la misma que los padres deben transmitir a sus hijos, a través de un ambiente de amor, los valores que  forman a una persona buena, íntegra, coherente y capaz de estar en sociedad. Si desde la familia estos aspectos no se consideran importantes, el empeño de las Instituciones Educativas quedará muy diluido en simplemente esfuerzos.
Los hijos son una de las mayores fuentes de satisfacción en la vida familiar; educarlos como hombres y mujeres de bien, es un proceso delicado y complejo que tiene como inicio la vida familiar; mientras más feliz sea una pareja en el proceso de lograr crecimiento, mayores beneficios le reportará a sus hijos. Los Padres de Familia cumplen un papel vital en el desarrollo de niños y jóvenes emocionalmente saludables e integralmente equilibrados.
No se puede desconocer que en medio de una sociedad tan convulsionada, la tarea de educar resulta muy difícil, pero no imposible, y en la medida en que ésta se haga una realidad en el seno de los hogares, los males que aquejan a nuestra enferma sociedad serán menores cada día.